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Escucha activa y reforestación en el bajo sur bahiano

Por 24 de January de 2025Noticias

En el corazón del bajo sur de Bahía, entre las localidades de Taperoá y Gandu, se está gestando un innovador proyecto de reforestación con el objetivo de transformar el paisaje y beneficiar tanto al medio ambiente como a las comunidades locales. Esta iniciativa, liderada por re.green, marca la primera etapa de un programa de créditos de carbono a través de la reforestación de bosque nativo en la antigua Granja Muanza, que hasta entonces había sido utilizada para la cría de ganado. Esta iniciativa forma parte de la expansión de las operaciones de la empresa en el bioma de la Mata Atlántica.

Para conseguir la certificación de los créditos de carbono, es esencial seguir protocolos estrictos y garantizar que la escucha activa de las comunidades se lleve a cabo de forma eficaz y sensible. Y ahí es donde entra en juego Raízes Desarrollo Sostenible…

re.green y la asociación para la reforestación

 

re.green es una empresa dedicada a la restauración de ecosistemas a gran escala, con especial atención a la mitigación del cambio climático y el desarrollo socioambiental. Su labor combina la ciencia de vanguardia con prácticas que promueven la regeneración de los bosques autóctonos, contribuyendo a la captura de carbono y a la preservación de la biodiversidad.

Para cumplir las estrictas normas internacionales exigidas para la certificación de créditos de carbono, re.green desarrolla proyectos que combinan tecnología, conocimientos científicos y metodologías participativas. Aquí es donde entra en juego la asociación con Raízes Desarrollo Sostenible. La escucha activa y la consulta con las comunidades son pasos fundamentales para garantizar que los proyectos respeten la dinámica local y sean realmente integradores. 

“Estudiamos la hoja de ruta propuesta, la mejoramos y la aplicamos cuidadosamente, respetando a la gente. La riqueza de nuestra experiencia en el trato con la gente aportó a re.green los mejores resultados que necesitaba conseguir”, afirma Lucila Egydio, directora del proyecto aquí en Raízes.

Escucha, identificación, caracterización inicial y metodología de bola de nieve

Antes de entrar en el terreno, se llevó a cabo un estudio detallado de datos secundarios, incluyendo aspectos socioeconómicos, ocupación de la tierra, áreas de reserva y rutas de acceso en la región. También se investigó información sobre las comunidades cercanas, incluyendo quilombos y asentamientos, en un intento de comprender su relación con el área del proyecto.

Este mapeo inicial fue esencial para alinear las acciones con los protocolos exigidos para la certificación de créditos de carbono y para integrar a las comunidades en el proceso. Con los datos iniciales en la mano, la siguiente etapa consistió en el trabajo de campo y la aplicación de la metodología de la “bola de nieve”.

Esta metodología consiste en identificar inicialmente a un pequeño grupo de personas clave relacionadas con el tema o la región y, a partir de ellas, obtener nuevas indicaciones de contactos relevantes. Este proceso continúa como una “bola de nieve” que crece a medida que se añaden nuevas pistas, formando una red de interlocutores amplia y representativa.

 

Esta técnica nos permitió establecer una red de contactos a partir de un punto de partida: las personas vinculadas a la agroecología local. A partir de estos contactos iniciales, ampliamos la red a líderes comunitarios y representantes de las autoridades públicas. Para estructurar el proceso de escucha, se perfeccionó el guión de la entrevista y se aplicó tanto individualmente como en grupos. Este proceso reveló las expectativas de las comunidades, así como su conocimiento del proyecto, sus expectativas y las repercusiones que podrían derivarse.

Estas conversaciones dieron lugar a importantes herramientas de planificación, como documentos tipo (One Pages) que resumían la perspectiva de cada grupo sobre el proyecto, un mapa de relaciones y partes interesadas, que representaba las conexiones e influencias entre los agentes locales, y un esquema de posibles conflictos y oportunidades de colaboración. También se elaboró una Matriz de Riesgos, con recomendaciones de medidas para evitar que se produjeran conflictos y acciones de mitigación y contingencia.

Construir vías sostenibles

A partir de la información recabada durante el proceso de escucha, se elaboró un plan que integra la satisfacción de las necesidades de las comunidades con los requisitos técnicos para la certificación de los créditos de carbono. La normalización de las actividades se diseñó para minimizar los conflictos y crear un entorno de cooperación, garantizando que la reforestación aporte beneficios concretos tanto a la región como al planeta.

El trabajo realizado en Granja Muanza ejemplifica cómo la colaboración entre la ciencia, la sostenibilidad y el diálogo comunitario puede dar lugar a proyectos sólidos y transformadores.

Al transformar los pastizales en bosques, el proyecto no sólo contribuye a la captura de carbono, sino que también promueve unas relaciones más justas y sostenibles con las comunidades locales. Raízes ha puesto en práctica su experiencia, añadiendo consistencia al proyecto, y está muy contenta de contribuir a re.green, ¡y esperamos que surjan aún más iniciativas en colaboración!