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Turismo regenerativo: cómo ir más allá de lo sostenible

Por 20 de September de 2025Artículos, Noticias

 

El turismo siempre ha estado presente como una de las principales formas de encuentro entre culturas, territorios y personas. Tiene el poder de abrir horizontes, despertar miradas y conectar mundos. Pero, al mismo tiempo que promueve descubrimientos y encantamientos, el turismo también conlleva contradicciones. Dependiendo de cómo se practique, puede generar profundos impactos negativos, agotando los recursos naturales, desfigurando los paisajes y debilitando los modos de vida locales.

 

Durante mucho tiempo creímos que la solución consistía simplemente en controlar o minimizar esos impactos. De ahí surge el debate en torno al turismo sostenible, que busca encontrar un equilibrio: satisfacer las necesidades de quienes viajan y, al mismo tiempo, garantizar que las generaciones futuras hereden los mismos territorios en condiciones preservadas. El turismo sostenible fue, y sigue siendo, un avance importante, pero ante los retos sociales y medioambientales actuales, nos damos cuenta de que ya no es suficiente.

 

La urgencia climática, la pérdida de biodiversidad, la crisis hídrica y las desigualdades sociales nos muestran que mantener lo que tenemos ya no es suficiente. No basta con sostener, hay que regenerar. Y es aquí donde surge el concepto de turismo regenerativo, una práctica que no se limita a equilibrar, sino que busca restaurar, transformar y crear nuevas formas de relación entre las personas, las culturas y los ecosistemas.

 

De lo degenerativo a lo regenerativo: un cambio de paradigma

El investigador Daniel Wahl, en Diseñando Culturas Regenerativas, propone una escala que va desde el sistema degenerativo al regenerativo. Al adaptar esta visión al turismo, podemos ver diferentes etapas que ayudan a comprender por qué lo regenerativo es tan necesario. El turismo de masas, por ejemplo, representa un modelo degenerativo, que explota los ecosistemas y las comunidades sin tener en cuenta los límites. Poco a poco, han surgido iniciativas consideradas más «verdes», de turismo responsable, que buscan minimizar los daños, con un uso más consciente de los recursos, compras locales o la reducción de plásticos desechables.

 

 

El turismo sostenible, por su parte, surge como un punto de equilibrio, inspirado en el Informe Brundtland, garantizando que lo que recibimos hoy se entregue a las próximas generaciones. El turismo en unidades de conservación y los modelos de visita que respetan la capacidad de carga son ejemplos claros de esta etapa.

 

Sin embargo, ante la crisis ambiental y social que vivimos, mantener lo que tenemos ya no es suficiente. Es necesario dar pasos más audaces, que nos lleven a experiencias restauradoras, capaces de recuperar lo que se ha perdido, como, por ejemplo, proyectos turísticos que impliquen la reforestación de áreas y la creación de Reservas Particulares del Patrimonio Natural. En esta etapa hay proyectos inspiradores como la Biofábrica de Corales, que utiliza el turismo como estrategia para la recuperación de los arrecifes en Pernambuco.

 

Aún más profundo es lo que podríamos llamar un momento de reconciliación del ser humano con sus orígenes, que rompe la separación artificial entre cultura y naturaleza. Edgar Morin denomina este proceso religare, un retorno a la comprensión de que somos parte de la vida natural y no una entidad ajena a ella. Ailton Krenak refuerza esta visión al recordar que la humanidad y la naturaleza son inseparables. Este punto de reconexión abre el camino al turismo regenerativo, que no se limita a restaurar, sino que crea las condiciones para que la vida florezca. Invita a un cambio de paradigma, situando la ecología y la colectividad en el centro y proponiendo otra forma de estar en el mundo.

 

¿Qué significa regenerar a través del turismo?

 

El turismo regenerativo no se limita a plantar un árbol al final de una excursión. Es una forma de ver el mundo que transforma tanto a quienes viajan como a quienes reciben, porque se organiza en torno a la devolución de la vitalidad a los ecosistemas y al fortalecimiento de las identidades culturales.
Las aldeas indígenas que comparten su cultura de forma autónoma, los quilombos que recuperan prácticas ancestrales, los alojamientos que invierten en bioconstrucción y permacultura son ejemplos de cómo la actividad turística puede dejar un legado de abundancia en sintonía con lo orgánico y lo ancestral.

Esta perspectiva también se manifiesta en las decisiones cotidianas de quienes viajan. Cuando optamos por alojamientos familiares, valoramos los alimentos locales y de temporada, preferimos medios de transporte menos contaminantes y respetamos el tiempo del territorio, estamos contribuyendo a la regeneración. Cuando buscamos aprender de los conocimientos ancestrales, apoyamos la bioeconomía y nos inspiramos en soluciones que imitan la inteligencia de la naturaleza, reforzamos esta red de vida. Cada gesto, por pequeño que parezca, ayuda a fortalecer el movimiento.

Mucho más allá del impacto

 

El turismo regenerativo apunta hacia un futuro en el que viajar no es solo desplazarse o vivir una experiencia individual, sino una oportunidad para coevolucionar con los lugares visitados. Requiere un cambio de perspectiva: pasar de turistas que solo consumen a viajeros que se integran, respetan y colaboran. Esta transición exige tiempo, sensibilidad y disposición para aprender de las comunidades y los ecosistemas que nos acogen.

 

Más que una «tendencia» (que por definición se inscribe en una lógica consumista), se trata de un llamamiento a replantearnos nuestra forma de estar en el mundo. Al elegir caminos regenerativos, el turismo se transforma en un espacio de reconexión y de creación de nuevos sentidos para la vida colectiva. Es en este encuentro entre culturas y naturalezas, entre lo local y lo global, donde la actividad turística puede dejar de ser una amenaza destructiva y convertirse en una fuerza regeneradora.

Por Mariana Madureira, Jussara RochaTauana Costa

 

Foto 1: Biofábrica de Corais

Foto 2: Libro Diseñando de Culturas Regenerativas