El benchmarking tiene como objetivo investigar, analizar y filtrar estrategias útiles de empresas afines para convertirlas en iniciativas potenciales. En Raízes Desarrollo Sostenible, utilizamos esta metodología en nuestras acciones, como los viajes de inspiración que organizamos en diferentes contextos.
Y así fue como a principios de este mes, septiembre de 2024, tuvo lugar una conexión quilombola. Llevamos a los líderes del Quilombo São Domingos, de Paracatu, en Minas Gerais, a una inmersión en el Territorio Quilombo Kalunga, situado en Chapada dos Veadeiros, en Goiás. El objetivo era intercambiar experiencias, prácticas organizativas y de sostenibilidad y conocer la exitosa trayectoria de una de las mayores comunidades quilombolas de Brasil.
El Quilombo Kalunga es un territorio de extrema importancia histórica, social y medioambiental. Fue formado por descendientes de personas esclavizadas que huyeron a zonas remotas del centro de Brasil durante el periodo colonial. Hoy es uno de los mayores territorios quilombolas del país, con unas 253.000 hectáreas.
La visita técnica forma parte del Plan de Desarrollo Turístico del Quilombo de São Domingos, en Paracatu, Minas Gerais, una iniciativa del Sebrae MG y realizada por Raízes Desarrollo Sostenible.
“Lo que más les impresionó fue la forma en que se trata el turismo allí: con mucha conciencia de los impactos que puede tener, tanto positivos como negativos. El sentimiento de pertenencia y conexión con la tierra fue algo que les impresionó profundamente. Vimos un claro ejemplo de cómo, con organización, visión y unidad, es posible generar ingresos para la comunidad sin renunciar a sus valores, su forma de vida y la preservación del medio ambiente” , comenta Kaliane Maria, responsable del proyecto en Raízes, sobre la experiencia.
Retos compartidos
Uno de los principales retos a los que se enfrentan las comunidades quilombolas es la demarcación de sus tierras. Según datos de la Coordinación Nacional para la Articulación de las Comunidades Negras Rurales Quilombolas (CONAQ), sólo alrededor del 5% de las 3.200 comunidades quilombolas reconocidas en Brasil han sido demarcadas y, si el Estado brasileño mantiene el ritmo actual de regularización de tierras para estos territorios, se necesitarán 2.188 años para titular completamente todos los procesos abiertos en el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra).
En el Quilombo Kalunga, la lucha por la regularización de la tierra empezó hace décadas, y hoy la comunidad cosecha los frutos de un territorio legalmente reconocido, que les permite gestionar sus recursos de forma autónoma y sostenible. Sin embargo, esta realidad aún no se ha hecho cierta para el Quilombo de São Domingos, como informa Romilda: “Llevamos 20 años con el sueño de demarcar nuestra tierra. Vienen otras personas y no siempre es bueno porque no siempre hablan nuestra lengua. Y realmente queríamos que estas tierras fueran demarcadas, porque hoy casi no tenemos tierras”.
La demarcación es vital no sólo para la seguridad de las familias quilombolas, sino también para la preservación de sus tradiciones y la sostenibilidad de sus actividades económicas, como el turismo comunitario. La lucha por esta conquista es una cuestión de derechos fundamentales. Ya hemos hablado de ello aquí.
Interacción e intercambio de conocimientos en Quilombola
Durante la visita, el grupo participó en varias actividades, entre ellas: la Folia de Nossa Senhora das Neves, la fiesta tradicional de la comunidad; una mesa redonda en el Espacio Akan Kalunga sobre el trabajo en arcilla de la maestra Teresa Pereira y su familia; y una visita a la cascada de Santa Bárbara para conocer las instalaciones turísticas de la comunidad.
“Lo que más me inspiró de los kalungas, nuestros hermanos, fue su unidad. La unidad que tienen, los jóvenes escuchan mucho la sabiduría de sus mayores, obedecen, todos siempre juntos. ¡Me pareció precioso! Y volví más decidida, como líder que soy, a buscar esta unidad entre la comunidad, para que podamos fortalecernos cada vez más, dijo Romilda de Fátima, una de las líderes de São Domingos.
Para Irene dos Reis, otra dirigente: “De nuestra visita al Quilombo Kalunga nos llevamos enseñanzas sobre la importancia de la preservación cultural, el uso sostenible de los recursos naturales y la eficacia del trabajo colectivo y la unidad comunitaria. Estas prácticas pueden reforzar la gobernanza del Quilombo São Domingos al promover una mayor cohesión, una participación activa y una gestión eficaz de los recursos” .
La evaluación comparativa no sólo facilita la adopción de buenas prácticas, sino que refuerza los lazos de solidaridad entre comunidades, aumentando sus posibilidades de crecimiento y sostenibilidad a largo plazo.
Así pues, el proyecto continúa y pronto compartiremos aquí más historias.