Hablar de dignidad menstrual es hablar de derechos básicos, de salud, de educación y, sobre todo, de la posibilidad de vivir plenamente el día a día sin barreras impuestas por algo natural del cuerpo. Fue con esta perspectiva que nació el proyecto Dona do Meu Fluxo, en 2017, a partir de la asociación entre las B Corp brasileñas Raízes Desenvolvimento Sustentável y Korui.
Desde el principio, el propósito fue audaz: enfrentar la pobreza menstrual no solo con la distribución de productos, sino promoviendo el conocimiento, la autonomía y nuevas formas de relación con el propio cuerpo.
A lo largo de los años, este movimiento se ha fortalecido gracias a una red de voluntarias que comparten experiencias, acogen a otras mujeres y multiplican conocimientos. En los talleres, más que el uso del colector menstrual, se habla de autoestima, salud, sororidad y empoderamiento. Cada encuentro se convierte también en un espacio de intercambio, donde las mujeres construyen juntas caminos para lidiar mejor con sus flujos, tanto los menstruales como los de la vida.
Dignidad menstrual como un derecho
Ante la aprobación de leyes recientes como la 14.214/2021, actualmente se está avanzando en la garantía del acceso a productos menstruales (convencionales) para personas de bajos ingresos.
Sin embargo, la dignidad menstrual aún no es una realidad garantizada para todas.
Según la UNICEF, millones de niñas y mujeres en Brasil no tienen acceso regular a artículos de higiene, baños adecuados o incluso información sobre salud menstrual. Se estima que más de cuatro millones de estudiantes asisten a escuelas que no cuentan con las condiciones mínimas para este tipo de cuidados, y muchas familias aún enfrentan dificultades económicas para garantizar el acceso a productos básicos de higiene femenina.
Esos datos revelan profundas desigualdades, que se agravan en territorios periféricos y en comunidades tradicionales, donde la falta de infraestructura compromete directamente la salud y la educación. Es ante este escenario que el proyecto Dona do Meu Fluxo (Dueña de mi flujo) cobra tanta relevancia: redefine la dignidad menstrual como un derecho, no como un privilegio. El acceso a productos de salud menstrual es lo básico, el inicio, el comienzo, el primer paso para el empoderamiento de las niñas y las mujeres.
Impacto y números que hacen la diferencia
Dona do Meu Fluxo fue pionero al situar la pobreza menstrual en el centro del debate en 2017 y sigue activa hoy en día, demostrando la fuerza de una iniciativa que nació para transformar. A lo largo de este camino, más de 6300 mujeres se han beneficiado de talleres y donaciones en diferentes regiones de Brasil. Se han realizado más de 100 talleres, siempre dirigidos por voluntarias que aportan información, cuidados e intercambio de experiencias en cada encuentro.
El uso del colector menstrual también se ha convertido en un símbolo de esta revolución íntima: además de reducir los gastos continuos en compresas desechables, promueve la autonomía, disminuye el impacto medioambiental y permite que cada mujer establezca una relación más saludable y respetuosa con su cuerpo. Al democratizar el acceso a este recurso, el proyecto amplía horizontes y genera un impacto que va mucho más allá del ciclo menstrual.

Cómo se organiza y crece el proyecto
El funcionamiento del proyecto es sencillo y eficaz. Cualquier mujer puede inscribirse como voluntaria, participar en cursos de formación y ser llamada para participar en acciones cercanas a su territorio.
Si te interesa, puedes registrarte en este enlace.
Los colectivos y organizaciones que deseen recibir talleres también pueden inscribirse, ofreciendo a cambio el espacio físico y la movilización de las mujeres de la comunidad. El taller se confirma si hay voluntarias disponibles en la región o cuando hay apoyo para el desplazamiento. Así ha sido en varias colaboraciones ya realizadas. Algunas se convierten en colaboradoras habituales, como la
Casa do Rio,
Amazone-se y
Route Brasil, que formaron voluntarias internamente para que se pudiera llegar a más mujeres.
El registro de iniciativas se puede realizar en este enlace.
Este apoyo logístico también se extiende a las empresas. Las asociaciones con organizaciones como Natura, Pinheiro Neto y Paraná Banco han hecho posibles talleres en regiones remotas o en periferias urbanas relacionadas con estas empresas, cubriendo los gastos de transporte y alojamiento para que su público objetivo pudiera asistir a los talleres. Es una invitación que sigue abierta: las empresas que deseen sumarse a esta causa pueden ponerse en contacto por correo electrónico: [email protected].
Hoy en día, Dona do Meu Fluxo suma historias transformadoras y abre horizontes para miles de mujeres. Recientemente, hemos promovido un taller sobre flujos financieros para las voluntarias. Más allá de ofrecer una solución práctica para la dignidad menstrual, el proyecto trabaja por el empoderamiento colectivo, la ruptura de tabúes y la construcción de un futuro de libertad para todas. Porque lidiar bien con el propio flujo es solo el comienzo: el verdadero impacto está en crear posibilidades para que cada mujer pueda vivir sus ciclos de vida con opciones, respeto y dignidad.