Entre el 11 y el 13 de agosto, el equipo de Raízes DS se reunió en Santo Antônio do Leite (MG) para un encuentro muy especial: nuestra segunda inmersión de 2025. Fueron días de intercambio, afecto e inspiración, regados con buenas conversaciones, comidas deliciosas, caminatas al aire libre y reflexiones sobre quiénes somos, lo que ya hemos construido y hacia dónde queremos ir.
El acogedor escenario de las montañas de Minas Gerais fue el telón de fondo perfecto para reconectarnos como equipo, alinear visiones y fortalecer nuestros lazos.
Recordando la trayectoria y mirando hacia el futuro
Uno de los puntos importantes de la Inmersión fue el ejercicio de revisar los 20 años de Raízes, que se celebrarán oficialmente en 2026. En una gran línea de tiempo, registramos proyectos, asociaciones, iniciativas, logros e incluso los desafíos que marcaron nuestro recorrido. Cada recuerdo fue una invitación a la gratitud y al reconocimiento de todas las personas que formaron parte de nuestra historia.
Si por un lado recordamos el pasado, por otro proyectamos el futuro. En rondas de conversación y actividades colectivas, reflexionamos sobre dónde queremos llegar como organización, cómo podemos mejorar aún más nuestras prácticas y cómo incluir estratégicamente las celebraciones de los 20 años en nuestra planificación.
Fue un ejercicio para soñar juntos y también para trazar caminos concretos para que ese futuro se haga realidad.
Reflexiones compartidas y energía renovada
Otro momento importante fue el World Café, en el que nos centramos en las lecciones aprendidas en proyectos anteriores. Hablamos sobre los errores, los aciertos y lo que nos enseñó cada experiencia. Porque creemos que solo así, mirando con atención y generosidad nuestras propias historias, podemos evolucionar de manera consistente.
También revisamos nuestra gobernanza, nuestros grupos de trabajo y comités, y establecimos compromisos prácticos para los próximos pasos. Entre una actividad y otra, brindamos por las noches con vino, compartimos mesas abundantes con delicias de Minas Gerais, nos aventuramos en caminatas por el centro histórico e incluso en la cascada.
La inmersión terminó con una ronda final llena de afecto y miradas esperanzadas. Salimos de Santo Antônio do Leite con el corazón lleno de alegría, la mente inspirada y la certeza de que estamos juntos en un camino de impacto, propósito y transformación.
Después de todo, si los primeros 20 años de Raízes ya nos han traído tantas historias, no tenemos ninguna duda de que los próximos serán aún más potentes.
